Paseo Nuevo (Aisialdia, Besteak San Sebastián / Donosti)
A orillas del litoral cantábrico se encuentra uno de los rincones más extraordinarios de San Sebastián. El Paseo Nuevo brinda a los visitantes una atracción sin precedentes, bordeando las faldas del monte Urgull mientras el oleaje rompe estruendosamente levantando monumentales columnas de espuma. Nada como deleitarse con la panorámica de la bahÃa, sentir el flujo y reflujo de la marea y disfrutar de un paseo inolvidable.
Desde la calle Salamanca hasta el puerto de La Concha, el Paseo Nuevo discurre entre la montaña y la costa, paralelo al Cantábrico y a los pies de Urgull. Este sensacional recorrido comienza en el puente de La Zurriola, donde destacan las grandes farolas que acompañan a las estrellas durante la noche. En su parte media, el monte Urgull muestra sus oquedades y perfil majestuoso y se convierte en el gran protagonista.
Poco después, donde la curva es más pronunciada, nos descubrimos ante la «Construcción VacÃa», un monumento emblemático, obra del escultor Jorge Oteiza, que serÃa premiado hacia 1957 en el Bienal de Sao Paulo. En su mismo frente encontramos el cautivador «Peine del Viento». Este conjunto escultórico de Eduardo Chillida se compone de tres piezas, de unas diez toneladas cada una, que reciben las continuas embestidas del mar. En su parte final, el paseo se adentra en la bahÃa de La Concha hasta el Aquarium, culminando asà un recorrido verdaderamente mágico.
A principios del siglo XX, el Ayuntamiento se encontraba en plenas negociaciones para la adquisición del monte Urgull. El ingeniero Luis Balazat y el arquitecto Juan de Alday proyectarÃan el paseo que habrÃan de iniciar en 1915. Las obras se ejecutarÃa en tres tramos, siendo costeadas por los beneficios de los casinos locales.
Desde su inauguración en 1919, el paseo ha recibido diversos nombres a medida que avanzaba el siglo. Primeramente se conocerÃa como Paseo del PrÃncipe de Asturias, posteriormente como Paseo de la República y en 1937 como de José Antonio Primo de Rivera. Finalmente, y apartando de una vez la carga polÃtica para escuchar al pueblo donostiarra, se bautizarÃa oficialmente como Paseo Nuevo, tal como se le ha conocido desde siempre.
Con el curso de los años, el oleaje ha ido erosionando sus piedras, dentellada tras dentellada, hasta causar destrozos más severos. Afortunadamente en 1998 se reforzaron los muros de contención, las escolleras, el mobiliariario urbano, etc., en una rehabilitación admirable que ha perdurado hasta nuestros dÃas.
Aunque cualquier época del año es inmejorable para visitarlo, el mes de septiembre es el mejor momento para contemplar la bravura del temporal y maravillarse ante la fuerza de sus embestidas en un verdadero espectáculo que merece la pena conocer.
Argazkiak lotuta Paseo NuevoDesde la calle Salamanca hasta el puerto de La Concha, el Paseo Nuevo discurre entre la montaña y la costa, paralelo al Cantábrico y a los pies de Urgull. Este sensacional recorrido comienza en el puente de La Zurriola, donde destacan las grandes farolas que acompañan a las estrellas durante la noche. En su parte media, el monte Urgull muestra sus oquedades y perfil majestuoso y se convierte en el gran protagonista.
Poco después, donde la curva es más pronunciada, nos descubrimos ante la «Construcción VacÃa», un monumento emblemático, obra del escultor Jorge Oteiza, que serÃa premiado hacia 1957 en el Bienal de Sao Paulo. En su mismo frente encontramos el cautivador «Peine del Viento». Este conjunto escultórico de Eduardo Chillida se compone de tres piezas, de unas diez toneladas cada una, que reciben las continuas embestidas del mar. En su parte final, el paseo se adentra en la bahÃa de La Concha hasta el Aquarium, culminando asà un recorrido verdaderamente mágico.
A principios del siglo XX, el Ayuntamiento se encontraba en plenas negociaciones para la adquisición del monte Urgull. El ingeniero Luis Balazat y el arquitecto Juan de Alday proyectarÃan el paseo que habrÃan de iniciar en 1915. Las obras se ejecutarÃa en tres tramos, siendo costeadas por los beneficios de los casinos locales.
Desde su inauguración en 1919, el paseo ha recibido diversos nombres a medida que avanzaba el siglo. Primeramente se conocerÃa como Paseo del PrÃncipe de Asturias, posteriormente como Paseo de la República y en 1937 como de José Antonio Primo de Rivera. Finalmente, y apartando de una vez la carga polÃtica para escuchar al pueblo donostiarra, se bautizarÃa oficialmente como Paseo Nuevo, tal como se le ha conocido desde siempre.
Con el curso de los años, el oleaje ha ido erosionando sus piedras, dentellada tras dentellada, hasta causar destrozos más severos. Afortunadamente en 1998 se reforzaron los muros de contención, las escolleras, el mobiliariario urbano, etc., en una rehabilitación admirable que ha perdurado hasta nuestros dÃas.
Aunque cualquier época del año es inmejorable para visitarlo, el mes de septiembre es el mejor momento para contemplar la bravura del temporal y maravillarse ante la fuerza de sus embestidas en un verdadero espectáculo que merece la pena conocer.
Olas San Sebastián
Guillermo B.
San Sebastián. Paseo Nuevo
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