La aparente sencillez del pintxo reviste todo un arte culinario. En lÃneas generales, el pintxo consiste en una rebana de pan, sobre la que se sitúa una ración de comida. Aunque no es indispensable, una palillo suele atravesar la ración para otorgar solidez al conjunto; de ahà su nombre. Sin embargo, el nervio gastronómico y el ingenio de los nuevos artistas han convertido este aperitivo en todo un arte. Tanto es asà que podemos encontrar una amplÃsima oferta de pintxos, desde los más conocidos como el Brick de gambas y puerros, el pintxo de anchoas, de jamón o el pintxos patatero, hasta los pinchos más originales de txipirón, champiñones, tacos de queso, alitas de pollo y hasta mini hamburguesas de roquefort, siempre a la caza de ese sabor definitivo. Y es que en este apartado hay para todos los gustos. Calientes o frÃos, dulces o salados, tradicionales o innovadores, simples o complejos, el pintxo en Donostia no conoce lÃmites.
Pero si hay un pintxo superior, un pintxo que destaque por encima del resto, ese es La Gilda. Para muchos el primer pintxo de la historia, esta leyenda culinaria se compone de aceitunas, guindillas y anchoas, pudiendo variar su proporción. Debe su nombre al mÃtico film de los años cuarenta de nombre homónimo, pues al igual que la actriz norteamericana, este pintxo es un poco picante.
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