La Clásica de San Sebastián (Kirol ekitaldiak San Sebastián / Donosti)
Mes de agosto
La Clásica de San Sebastián es una apasionante vuelta ciclista que recorre rutas de montaña, puertos y otros imponentes paisajes de Donostia, siendo esta bella ciudad el punto de salida y de meta. Los amantes del ciclismo encontrarán en la Clásica uno de esos espectáculos memorables que siempre dejan buen sabor.
La Clásica de San Sebastián no tiene nada que envidiar al Giro de Lombardía, al Tour de Flandes o al París-Roubaix. Ni siquiera el celebérrimo Tour de Francia, cuyo trazado recorre las maravillas del país alpino, puede competir con el litoral cantábrico o con la belleza natural de Donostia, siendo además uno de los eventos deportivos más laureados no solo de Guipúzcoa sino también del continente europeo.
Durante el mes de agosto las carreteras del municipios guipuzcoano se preparan para recibir a los deportistas de élite, a los reyes de la bicicleta. Miguel Indurain, Laurent Jalabert y hasta Lance Armstrong se han batido en este mágico escenario.
Pese a ser una de las pruebas más encantadoras, también es una de las más exigentes. Como todas las 'clásicas', el recorrido se efectúa en un solo día, y las calles de Donostia se convierten entonces en el punto de salida y llegada de los campeones, que deben medirse en carreteras recias, casi hostiles, muchas de las cuales datan de principios del siglo XX.
El evento se desarrolla entre pueblos costeros, escenarios de media montaña y, finalmente, la imponente arquitectura del Boulevard. El alto de Jaizkibel, a 543 metros sobre el nivel del mar, es el punto más desafiante, aunque también los altos de Garate, Arkale o Irurain ofrecen grandes dosis de emoción.
Creada por la Organización Ciclistas de Euskadi, la Clásica de San Sebastián surge de la unión de dos grandes pruebas históricas: la Vuelta al País Vasco y la Euskal Bizikleta. Cada año las televisiones de toda Europa retransmiten uno de los eventos más prestigiosos del mundo del ciclismo. Merece la pena dejarse conquistar por la Clásica, una de las vueltas ciclistas más atractivas.
Foto de:
Mikel Ortega
La Clásica de San Sebastián no tiene nada que envidiar al Giro de Lombardía, al Tour de Flandes o al París-Roubaix. Ni siquiera el celebérrimo Tour de Francia, cuyo trazado recorre las maravillas del país alpino, puede competir con el litoral cantábrico o con la belleza natural de Donostia, siendo además uno de los eventos deportivos más laureados no solo de Guipúzcoa sino también del continente europeo.
Durante el mes de agosto las carreteras del municipios guipuzcoano se preparan para recibir a los deportistas de élite, a los reyes de la bicicleta. Miguel Indurain, Laurent Jalabert y hasta Lance Armstrong se han batido en este mágico escenario.
Pese a ser una de las pruebas más encantadoras, también es una de las más exigentes. Como todas las 'clásicas', el recorrido se efectúa en un solo día, y las calles de Donostia se convierten entonces en el punto de salida y llegada de los campeones, que deben medirse en carreteras recias, casi hostiles, muchas de las cuales datan de principios del siglo XX.
El evento se desarrolla entre pueblos costeros, escenarios de media montaña y, finalmente, la imponente arquitectura del Boulevard. El alto de Jaizkibel, a 543 metros sobre el nivel del mar, es el punto más desafiante, aunque también los altos de Garate, Arkale o Irurain ofrecen grandes dosis de emoción.
Creada por la Organización Ciclistas de Euskadi, la Clásica de San Sebastián surge de la unión de dos grandes pruebas históricas: la Vuelta al País Vasco y la Euskal Bizikleta. Cada año las televisiones de toda Europa retransmiten uno de los eventos más prestigiosos del mundo del ciclismo. Merece la pena dejarse conquistar por la Clásica, una de las vueltas ciclistas más atractivas.
Foto de:
Mikel Ortega
Publicidad
Publicidad
