Parte Vieja (Neighborhoods / Areas in San Sebastián / Donosti)
En el seno de la bahía de La Concha, el monte Urgull y la desembocadura del Urumea se encuentra uno de los rincones más simbólicos de San Sebastián. La Parte Vieja ofrece a sus visitantes oleadas de diversión, una gastronomía insuperable y más cultura e historia de la que puedas imaginar en una experiencia única e inolvidable.
A principios del siglo XIX, la capital guipuzcoana aún conservaba restos del antiguo recinto medieval. Hacia 1813, en el contexto de la Guerra de Independencia, las tropas anglo-portuguesas devastarían la totalidad de las murallas; una suerte que también correrían la mayoría de los edificios y casas de la ciudad costera. Posteriormente Donostia renacería, y de este renacimiento surgiría la llamada Parte Vieja.
La Parte Vieja de San Sebastián es el origen, la génesis de una de las ciudades más cosmopolitas de Europa, que cristalizaría sobretodo durante la «belle epòque». A este periodo corresponden algunos de los edificios más carismático, como el antiguo Casino, hoy reconvertido en Ayuntamiento.
La Plaza de la Constitución es, sin lugar a dudas, el rincón más visitado y admirado. Popularmente conocida como la ‘consti’, esta plaza fue antaño un coso taurino, y aunque actualmente no acoge tales eventos, aún conserva la numeración en los balcones. No obstante, algunas de las festividades más importantes, como la tamborrada o las Euskal Jaiak (Fiestas Vascas), se dan cita entre sus arcadas.
La suya es, además, una arquitectura vigorosa, rica en líneas horizontales y de gran elegancia, que también acoge en su fachada principal la sede de Donosti Kultura.
En el casco antiguo ubicamos dos temblos de gran renombre. En el extremo oriental, la Iglesia de San Vicente goza de gran prestigio y antigüedad, y entre sus paredes de piedra arenisca encontramos tesoros tan fascinantes como la escultura de La Piedad de Oteiza, el órgano Cavaille-Coll de 1868 o el retablo romántico de Bengoechea. La Basílica de Santa María del Coro, por su parte, se alza orgullosamente al final de la calle Mayor. Construida en 1774, esta iglesia constituye un verdadero espectáculo para la vista, con su encantador retablo mayor, el monumento cruciforme de Eduardo Chillida y, en suma, la insuperable factura barroca que hace de Santa María del Coro uno de los templos más queridos.
Los numerosos restaurantes y bares ofrecen un variado catálogo de delicias gastronómicas. Nada como atreverse con los pintxos y recorrer el «Tamboril», el «Ganbara», el «Bernardo Etxea» o «A Fuego Negro», entre otros establecimientos, para degustar estas miniaturas culinarias en una auténtica experiencia para el paladar. Y es que la Parte Vieja de San Sebastián es uno de esos rincones que merece la pena descubrir.
Photos related to Parte ViejaA principios del siglo XIX, la capital guipuzcoana aún conservaba restos del antiguo recinto medieval. Hacia 1813, en el contexto de la Guerra de Independencia, las tropas anglo-portuguesas devastarían la totalidad de las murallas; una suerte que también correrían la mayoría de los edificios y casas de la ciudad costera. Posteriormente Donostia renacería, y de este renacimiento surgiría la llamada Parte Vieja.
La Parte Vieja de San Sebastián es el origen, la génesis de una de las ciudades más cosmopolitas de Europa, que cristalizaría sobretodo durante la «belle epòque». A este periodo corresponden algunos de los edificios más carismático, como el antiguo Casino, hoy reconvertido en Ayuntamiento.
La Plaza de la Constitución es, sin lugar a dudas, el rincón más visitado y admirado. Popularmente conocida como la ‘consti’, esta plaza fue antaño un coso taurino, y aunque actualmente no acoge tales eventos, aún conserva la numeración en los balcones. No obstante, algunas de las festividades más importantes, como la tamborrada o las Euskal Jaiak (Fiestas Vascas), se dan cita entre sus arcadas.
La suya es, además, una arquitectura vigorosa, rica en líneas horizontales y de gran elegancia, que también acoge en su fachada principal la sede de Donosti Kultura.
En el casco antiguo ubicamos dos temblos de gran renombre. En el extremo oriental, la Iglesia de San Vicente goza de gran prestigio y antigüedad, y entre sus paredes de piedra arenisca encontramos tesoros tan fascinantes como la escultura de La Piedad de Oteiza, el órgano Cavaille-Coll de 1868 o el retablo romántico de Bengoechea. La Basílica de Santa María del Coro, por su parte, se alza orgullosamente al final de la calle Mayor. Construida en 1774, esta iglesia constituye un verdadero espectáculo para la vista, con su encantador retablo mayor, el monumento cruciforme de Eduardo Chillida y, en suma, la insuperable factura barroca que hace de Santa María del Coro uno de los templos más queridos.
Los numerosos restaurantes y bares ofrecen un variado catálogo de delicias gastronómicas. Nada como atreverse con los pintxos y recorrer el «Tamboril», el «Ganbara», el «Bernardo Etxea» o «A Fuego Negro», entre otros establecimientos, para degustar estas miniaturas culinarias en una auténtica experiencia para el paladar. Y es que la Parte Vieja de San Sebastián es uno de esos rincones que merece la pena descubrir.
Parte Vieja de San Sebastián
of Guillermo B.
Parte Vieja
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Casco viejo
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Parte vieja San Sebastián
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