Motoras de la isla (Otros transportes en San Sebastián / Donosti)
Las motoras de la isla de Santa Clara, en el corazón de la bahía de La Concha, constituyen uno de los más longevos y prestigiosos servicios de transportes de San Sebastián. Más de medio siglo descansa sobre esta pequeña empresa familiar, cuya flota permite el acceso a Santa Clara, el tesoro natural más querido de las costas guipuzcoanas.
La historia de las motoras está ligada a la isla de Santa Clara. Este monumento geológico, que se yergue paradisíaco a una altura de 48 metros sobre el nivel del mar, encuentra sus orígenes entre el Paleoceno y el Eoceno. A lo largo de sus 32 mil metros cuadrados podemos descubrir las especies arbóreas más diversas. Desde el abedul y el chopo hasta el ciprés de Lawson y el seto japonés, amén de otras muchas especies vegetales que tapizan un entorno mágico y encantador.
Desde mediados del siglo XX las motoras vienen siendo un nexo admirable que permite a los viajeros y turistas descubrir las maravillas de la isla. Sería Julián Isturiz quien establecería en 1943 el servicio de transporte que habría de continuar su hijo, Ángel Isturiz. Aunque pasan los años y los tiempos cambian, el espíritu y la entrega con que comenzaron su andadura permanece intacto.
Tampoco las nuevas tecnologías han abandonado a la familia Isturiz. Si bien Julián inició la aventura con una modesta lancha con capacidad para cuatro toneladas llamada «Belmonte», posteriormente se reemplazaría por «Belmonte2», un modelo más avanzado y sofisticado. La verdadera revolución, sin embargo, no llegaría sino de la mano de «Alkartasuna», con 12 metros de eslora y capacidad para 15 toneladas.
En los últimos años se ha incorporado a la flota una novedosa embarcación, dotada de cristales que permiten disfrutar de una panorámica submarina. Desde luego uno de los grandes atractivos de este extraordinario servicio de transporte. Santa Clara, además, ha sido nombrada Centro Histórico de Interés Natural, una razón más para visitar este emblema donostiarra y disfrutar de una inolvidable experiencia con las motoras de la isla.
La historia de las motoras está ligada a la isla de Santa Clara. Este monumento geológico, que se yergue paradisíaco a una altura de 48 metros sobre el nivel del mar, encuentra sus orígenes entre el Paleoceno y el Eoceno. A lo largo de sus 32 mil metros cuadrados podemos descubrir las especies arbóreas más diversas. Desde el abedul y el chopo hasta el ciprés de Lawson y el seto japonés, amén de otras muchas especies vegetales que tapizan un entorno mágico y encantador.
Desde mediados del siglo XX las motoras vienen siendo un nexo admirable que permite a los viajeros y turistas descubrir las maravillas de la isla. Sería Julián Isturiz quien establecería en 1943 el servicio de transporte que habría de continuar su hijo, Ángel Isturiz. Aunque pasan los años y los tiempos cambian, el espíritu y la entrega con que comenzaron su andadura permanece intacto.
Tampoco las nuevas tecnologías han abandonado a la familia Isturiz. Si bien Julián inició la aventura con una modesta lancha con capacidad para cuatro toneladas llamada «Belmonte», posteriormente se reemplazaría por «Belmonte2», un modelo más avanzado y sofisticado. La verdadera revolución, sin embargo, no llegaría sino de la mano de «Alkartasuna», con 12 metros de eslora y capacidad para 15 toneladas.
En los últimos años se ha incorporado a la flota una novedosa embarcación, dotada de cristales que permiten disfrutar de una panorámica submarina. Desde luego uno de los grandes atractivos de este extraordinario servicio de transporte. Santa Clara, además, ha sido nombrada Centro Histórico de Interés Natural, una razón más para visitar este emblema donostiarra y disfrutar de una inolvidable experiencia con las motoras de la isla.
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